Descubrí qué es la laberintitis, sus síntomas más frecuentes, causas, diagnóstico y tratamiento.
La laberintitis es una inflamación del oído interno (laberinto), la estructura que contiene los órganos responsables del equilibrio y la audición.
Cuando se inflama, puede afectar tanto el sistema vestibular (encargado del equilibrio) como el sistema auditivo, produciendo vértigo, mareos y pérdida de audición temporal o permanente.
A diferencia de la neuritis vestibular, que solo compromete el nervio del equilibrio, la laberintitis afecta también la cóclea, por lo que puede incluir síntomas auditivos como zumbidos o sensación de oído tap
Los síntomas pueden aparecer de manera repentina y variar según la causa (viral o bacteriana).
En general, incluyen:
Vértigo intenso y prolongado (sensación de que todo gira)
Pérdida del equilibrio o inestabilidad al caminar
Náuseas y vómitos
Zumbidos o tinnitus
Disminución de la audición (hipoacusia)
Sensación de oído tapado o presión interna
En algunos casos, dolor de oído o fiebre leve
Si el vértigo se acompaña de pérdida de audición, el diagnóstico más probable es laberintitis y no neuritis vestibular.
Consultá con nuestro equipo y obtené una evaluación personalizada.
La laberintitis puede tener distintos orígenes, pero la más común es la infección viral o bacteriana del oído interno o del nervio vestibular.
Es la forma más frecuente. Suele aparecer tras una infección respiratoria (resfrío, gripe, sinusitis o herpes), que inflama el nervio vestibular o el laberinto. Produce vértigo intenso sin fiebre alta y mejora gradualmente en pocas semanas.
Es menos común pero más grave. Ocurre cuando bacterias del oído medio o de una infección generalizada llegan al oído interno. Puede causar fiebre, dolor de oído, secreción y pérdida auditiva severa, requiriendo tratamiento médico urgente.
Otros factores asociados son:
Alergias o inflamaciones crónicas del oído medio
Uso de ciertos medicamentos ototóxicos
Estrés o debilidad inmunológica
Traumatismos craneales o barotraumas (presión en viajes aéreos o buceo)
Si no se trata correctamente, la laberintitis puede generar:
Pérdida auditiva permanente (en casos bacterianos graves)
Vértigo crónico o recurrente
Inestabilidad prolongada
Extensión de la infección a estructuras vecinas (en casos severos)
Por eso es importante realizar un diagnóstico y tratamiento temprano, y seguir las indicaciones del profesional.
El diagnóstico se basa en una evaluación médica y vestibular completa, que permite confirmar la inflamación del oído interno y distinguir entre un origen viral, bacteriano o mixto.
Pruebas utilizadas:
Audiometría: detecta la pérdida auditiva y ayuda a diferenciarla de otras causas.
Videonistagmografía (VNG): mide los movimientos oculares (nistagmo) para evaluar la función vestibular.
Examen otoscópico: permite observar el estado del oído medio y descartar infecciones activas.
Resonancia magnética o tomografía: se utilizan en casos atípicos o cuando hay sospecha de complicaciones neurológicas.
En la laberintitis viral, el oído medio suele verse normal, mientras que en la laberintitis bacteriana puede haber signos visibles de inflamación o supuración.
Cuando el vértigo no se asocia a una inflamación del oído interno, puede tratarse de otro síndrome vestibular.
El diagnóstico se basa en una evaluación médica y vestibular completa, que permite confirmar la inflamación del oído interno y distinguir entre un origen viral, bacteriano o mixto.
Pruebas utilizadas:
Audiometría: detecta la pérdida auditiva y ayuda a diferenciarla de otras causas.
Videonistagmografía (VNG): mide los movimientos oculares (nistagmo) para evaluar la función vestibular.
Examen otoscópico: permite observar el estado del oído medio y descartar infecciones activas.
Resonancia magnética o tomografía: se utilizan en casos atípicos o cuando hay sospecha de complicaciones neurológicas.
En la laberintitis viral, el oído medio suele verse normal, mientras que en la laberintitis bacteriana puede haber signos visibles de inflamación o supuración.
Cuando el vértigo no se asocia a una inflamación del oído interno, puede tratarse de otro síndrome vestibular.
El tratamiento depende del tipo y la gravedad del cuadro, pero el objetivo principal es reducir la inflamación, aliviar el vértigo y prevenir complicaciones auditivas.
Antiinflamatorios o corticoides, para reducir la inflamación del oído interno. Antivirales o antibióticos, según el origen (viral o bacteriano). Se utilizan antieméticos y sedantes vestibulares, durante los primeros días para controlar el vértigo y las náuseas. Reposo relativo y control médico cercano. En la laberintitis bacteriana, el tratamiento antibiótico debe iniciarse de inmediato para evitar daños permanentes en la audición.
Una vez superada la fase aguda, puede quedar inestabilidad o vértigo residual, incluso cuando la infección ya se resolvió.
En estos casos, la rehabilitación vestibular es fundamental para que el cerebro se readapte y recupere la estabilidad.
Beneficios de la rehabilitación vestibular:
Restaura el equilibrio y la coordinación
Reduce el vértigo persistente
Mejora la seguridad al caminar
Acelera la recuperación total
Los ejercicios incluyen movimientos oculares, giros controlados de cabeza y trabajo postural.
El plan se adapta a cada paciente según el grado de afectación vestibular y auditiva.
Conocé más sobre el tratamiento de rehabilitación vestibular.
Aunque no siempre se puede evitar la laberintitis, algunos hábitos ayudan a reducir el riesgo de inflamaciones en el oído interno y a mejorar la recuperación:
1. Tratar a tiempo las infecciones respiratorias y de oído
No dejar avanzar resfríos, otitis o sinusitis, ya que pueden extenderse hacia el oído interno.
2- Mantener una buena higiene nasal y auditiva
Evitar introducir objetos o hisopos en el oído y consultar ante cualquier molestia persistente.
3. Evitar los cambios bruscos de presión
Durante vuelos o buceo, realizar maniobras de deglución o bostezar para equilibrar la presión del oído.
4. Descansar y fortalecer el sistema inmune
Dormir bien, mantener una alimentación equilibrada e hidratarse adecuadamente favorece la recuperación.
5. No automedicarse
El uso inadecuado de antibióticos o descongestivos puede agravar el cuadro o enmascarar los síntomas.
6. Realizar ejercicios vestibulares si persiste la inestabilidad
Bajo supervisión profesional, los ejercicios de rehabilitación vestibular ayudan a restablecer la función del equilibrio y evitar recaídas.
En la neuritis solo se inflama el nervio del equilibrio; en la laberintitis, también se afecta la audición porque la inflamación compromete la cóclea.
No directamente, pero puede derivarse de infecciones virales o bacterianas contagiosas, como gripes o otitis.
En casos leves, el vértigo mejora en 1 o 2 semanas; la estabilidad completa puede tardar hasta 6 semanas.
La recuperación auditiva depende del tipo de laberintitis y de la rapidez del tratamiento.
Solo en los casos bacterianos graves o mal tratados. Si se actúa a tiempo, la audición suele recuperarse parcial o totalmente.
Sí. La rehabilitación vestibular acelera la adaptación del sistema del equilibrio y reduce la sensación de mareo residual.
La laberintitis es una inflamación del oído interno que puede afectar tanto el equilibrio como la audición.
Aunque sus síntomas pueden ser intensos, el pronóstico es favorable con diagnóstico precoz y tratamiento adecuado.
La combinación de medicación y rehabilitación vestibular permite una recuperación completa y previene complicaciones a largo plazo.
En el Centro CERFAC, la Lic. Sonia V. Lepore, especialista en trastornos del equilibrio y kinesiología vestibular, ofrece evaluaciones personalizadas y programas de rehabilitación para ayudarte a recuperar la estabilidad y tu bienestar diario.
Si estás en zona sur de GBA, en CERFAC Quilmes ofrecemos diagnóstico y tratamiento específico para los síntomas de vértigo periférico.