Descubrí qué es la neuritis vestibular, sus síntomas más frecuentes, causas, diagnóstico y tratamientos actuales.
La neuritis vestibular, también llamada neuronitis vestibular, es una inflamación del nervio vestibular, encargado de enviar al cerebro la información sobre el equilibrio y los movimientos de la cabeza.
Cuando este nervio se inflama, el cerebro recibe señales alteradas y se produce una sensación intensa de vértigo e inestabilidad.
A diferencia de otras patologías del oído interno, como la enfermedad de Ménière, la neuritis vestibular no afecta la audición, ya que el daño se limita al sistema del equilibrio.
Los síntomas aparecen de forma repentina, habitualmente después de una infección respiratoria o viral.
El paciente suele experimentar:
Vértigo intenso y prolongado (dura horas o incluso días)
Náuseas y vómitos persistentes
Desequilibrio al caminar o al estar de pie
Sensación de movimiento rotatorio constante
Dificultad para fijar la mirada o visión borrosa
Nistagmo (movimiento involuntario de los ojos)
Durante los primeros días, el vértigo puede ser incapacitante y obligar al paciente a guardar reposo absoluto.
En la mayoría de los casos, los síntomas mejoran gradualmente a medida que el cerebro compensa el daño.
Consultá con nuestro equipo y obtené una evaluación personalizada.
La causa más frecuente es una infección viral que afecta el nervio vestibular, aunque también puede deberse a procesos inflamatorios o alteraciones de la microcirculación del oído interno.
Factores desencadenantes comunes:
Infecciones respiratorias previas (resfríos, gripes o sinusitis)
Virus del herpes simple tipo 1
Alteraciones vasculares o isquemia del nervio vestibular
Estrés físico o inmunológico que debilita las defensas
Reacciones inflamatorias post-virales
En todos los casos, la consecuencia es una inflamación del nervio vestibular, que impide que las señales del oído afectado lleguen correctamente al cerebro, generando una sensación de giro continuo o pérdida de equilibrio.
El diagnóstico temprano y la rehabilitación específica son clave para evitar recaídas y recuperar el equilibrio.
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación funcional vestibular completa, que permite distinguir esta patología de otros tipos de vértigo.
Pruebas utilizadas:
Videonistagmografía (VNG): analiza los movimientos oculares para detectar el nistagmo característico de la neuritis vestibular.
Pruebas calóricas y de impulso cefálico (Head Impulse Test): evalúan la respuesta del nervio vestibular a distintos estímulos.
Audiometría: para confirmar que no hay pérdida auditiva.
Resonancia magnética (si es necesario): descarta lesiones centrales o vasculares.
Durante la evaluación, el profesional observa la dirección e intensidad del nistagmo, la coordinación de movimientos oculares y la estabilidad postural, determinando si el vértigo tiene origen periférico (oído interno) o central (sistema nervioso).
Cuando el vértigo no se asocia a una inflamación del nervio vestibular, puede tratarse de otro síndrome vestibular.
El diagnóstico se realiza mediante una evaluación funcional vestibular completa, que permite distinguir esta patología de otros tipos de vértigo.
Videonistagmografía (VNG): analiza los movimientos oculares para detectar el nistagmo característico de la neuritis vestibular.
Pruebas calóricas y de impulso cefálico (Head Impulse Test): evalúan la respuesta del nervio vestibular a distintos estímulos.
Audiometría: para confirmar que no hay pérdida auditiva.
Resonancia magnética (si es necesario): descarta lesiones centrales o vasculares.
Durante la evaluación, el profesional observa la dirección e intensidad del nistagmo, la coordinación de movimientos oculares y la estabilidad postural, determinando si el vértigo tiene origen periférico (oído interno) o central (sistema nervioso).
Cuando el vértigo no se asocia a una inflamación del nervio vestibular, puede tratarse de otro síndrome vestibular.
El tratamiento se divide en dos etapas: una fase aguda para controlar los síntomas y una fase de recuperación para reeducar el equilibrio.
Durante los primeros días, el objetivo es reducir el vértigo y las náuseas. Se pueden indicar: Sedantes vestibulares o antihistamínicos (solo los primeros días); antieméticos para controlar los vómitos; corticoides o antivirales, si el médico los considera necesarios. También se indica reposo relativo, evitando movimientos bruscos * El tratamiento farmacológico debe ser breve, ya que el uso prolongado de sedantes puede retrasar la compensación vestibular.
Una vez controlada la crisis, se inicia la rehabilitación vestibular, con ejercicios que ayudan al cerebro a adaptarse al desequilibrio y recuperar la estabilidad.
La rehabilitación vestibular es el pilar fundamental de la recuperación.
Consiste en una serie de ejercicios personalizados que estimulan la compensación central y permiten recuperar el equilibrio de forma progresiva.
Beneficios de la rehabilitación vestibular:
Disminuye la sensación de vértigo e inestabilidad
Acelera la recuperación funcional
Mejora la seguridad al caminar
Previene la cronificación del vértigo
Los ejercicios incluyen movimientos oculares, de cabeza y de cuerpo, y se adaptan según la fase de la recuperación.
En la mayoría de los casos, los pacientes notan una mejoría significativa en pocas semanas.
Conocé más sobre el tratamiento de rehabilitación vestibular.
La recuperación varía según cada persona, pero en general:
La fase aguda dura entre 3 y 7 días
La recuperación completa puede tardar entre 3 y 6 semanas, dependiendo de la edad y del estado del sistema vestibular
Algunos pacientes pueden presentar inestabilidad residual leve, que se corrige con ejercicios continuos
Una recuperación más lenta no significa empeoramiento, sino que el cerebro necesita más tiempo para reentrenar el equilibrio.
Después de un episodio de neuritis vestibular, el cuerpo necesita tiempo y movimiento para reentrenar el equilibrio.
Seguir algunas pautas simples puede acelerar la recuperación y prevenir recaídas o vértigo persistente.
1. Retomar la actividad física progresivamente
Evitar el reposo prolongado. Caminar a diario o realizar ejercicios suaves ayuda al cerebro a compensar el desequilibrio.
2- Mantener una buena hidratación
La deshidratación puede afectar el equilibrio de líquidos en el oído interno. Beber agua con regularidad ayuda a estabilizar el sistema vestibular.
3. Dormir y descansar correctamente
El descanso es esencial para la regeneración del sistema nervioso. Evitar el estrés y dormir las horas necesarias ayuda a la recuperación.
4. Seguir los ejercicios de rehabilitación vestibular
Realizarlos según las indicaciones del profesional permite mejorar la estabilidad y reducir la sensación de vértigo residual.
5. Evitar movimientos bruscos al inicio
Durante las primeras semanas, levantar la cabeza lentamente y girar el cuerpo completo en lugar de solo la cabeza previene mareos innecesarios.
6. Controlar infecciones respiratorias
Como muchas neuritis vestibulares se originan tras un cuadro viral, tratar a tiempo las gripes o sinusitis reduce el riesgo de inflamación del nervio vestibular.
Sí. Ambos términos se refieren a la misma patología: la inflamación del nervio vestibular que causa vértigo intenso sin afectar la audición.
Cuando el vértigo aparece de manera repentina, es prolongado (dura horas o días) y no hay pérdida de audición, suele tratarse de un vértigo por neuritis vestibular.
El diagnóstico debe confirmarse con estudios vestibulares.
Sí. El nistagmo horizontal o rotatorio es una manifestación típica de la neuritis vestibular y ayuda a identificar qué oído está afectado.
Seguir los ejercicios de rehabilitación vestibular, evitar el reposo excesivo y mantener actividad física progresiva según indicación profesional.
Es poco frecuente, pero puede ocurrir. Mantener una buena salud inmunológica y realizar controles vestibulares periódicos ayuda a prevenir recaídas.
La neuritis vestibular es una causa frecuente de vértigo intenso, pero su pronóstico es excelente con diagnóstico precoz y rehabilitación adecuada.
El tratamiento se centra en la reeducación del equilibrio y la compensación vestibular, para que el cerebro recupere el control del movimiento y la estabilidad.
En el Centro CERFAC, la Lic. Sonia V. Lepore, especialista en kinesiología vestibular, realiza evaluaciones completas y planes personalizados de rehabilitación para cada paciente, combinando maniobras, ejercicios y acompañamiento integral durante la recuperación.
Si estás en zona sur de GBA, en CERFAC Quilmes ofrecemos diagnóstico y tratamiento específico para los síntomas de vértigo periférico.