Vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB): causas, síntomas y tratamiento

Descubrí qué es el vértigo posicional, sus síntomas más frecuentes, causas, diagnóstico y tratamientos actuales.

¿Qué es el Vértigo Posicional Paroxístico Benigno?

El vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB) —también conocido simplemente como vértigo posicional— es un trastorno del equilibrio originado en el oído interno.

Se caracteriza por episodios breves de vértigo (sensación de giro o movimiento) que aparecen al cambiar la posición de la cabeza, por ejemplo, al girarse en la cama o al incorporarse rápidamente.

El término “benigno” indica que no representa un riesgo vital, aunque puede resultar muy molesto e invalidante si no se trata correctamente.

¿Cuáles son los síntomas del vértigo posicional paroxístico benigno?

Los episodios suelen durar segundos a pocos minutos, y pueden acompañarse de:

  • Sensación intensa de giro o movimiento del entorno

  • Náuseas o vómitos

  • Pérdida momentánea del equilibrio

  • Movimiento involuntario de los ojos (nistagmus)

  • Sensación de inseguridad o miedo a moverse

 

A diferencia de otros tipos de vértigo, el VPPB no provoca pérdida de audición ni zumbidos. Si hay síntomas auditivos, puede coexistir con otra patología, como la enfermedad de Ménière.

¿Te identificás con alguno de estos síntomas?

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¿Cuáles son las causas más comunes del vértigo posicional?

En la mayoría de los casos, el VPPB se produce por el desplazamiento de diminutas partículas de calcio llamadas otolitos dentro del oído interno.


Estas “piedritas”, que normalmente ayudan a percibir la posición y el movimiento, pueden salirse de su lugar y moverse dentro de los canales semicirculares, generando una señal errónea de movimiento hacia el cerebro.

Las causas más frecuentes de este desplazamiento son:

  • Envejecimiento natural del sistema vestibular

  • Traumatismos en la cabeza

  • Infecciones del oído interno (laberintitis o neuronitis vestibular)

  • Cambios bruscos de posición o falta de movimiento prolongado

  • Sin causa aparente (casos idiopáticos)

En todos los casos, el diagnóstico temprano y la rehabilitación específica son clave para evitar recaídas y recuperar el equilibrio.

¿Cómo se diagnostica el vértigo posicional?

El diagnóstico se realiza mediante maniobras posicionales específicas que permiten observar si el vértigo se desencadena al mover la cabeza y si aparece nistagmus (movimiento ocular involuntario).

  • Maniobra de Dix-Hallpike: permite identificar qué oído y qué canal están afectados.

  • Videonistagmografía: registra los movimientos oculares con lentes infrarrojas para analizar la respuesta vestibular.

  • Evaluación funcional vestibular completa: para descartar otras causas, como vértigo central o migraña vestibular.

Estas pruebas son indoloras y ayudan a determinar si el origen del vértigo es periférico (oído interno) o central (sistema nervioso).

¿Cómo se diagnostica el vértigo posicional?

El diagnóstico se realiza mediante maniobras posicionales específicas que permiten observar si el vértigo se desencadena al mover la cabeza y si aparece nistagmus.

  • Maniobra de Dix-Hallpike: permite identificar qué oído y qué canal están afectados.

  • Videonistagmografía: registra los movimientos oculares con lentes infrarrojas para analizar la respuesta vestibular.

  • Evaluación funcional vestibular completa: para descartar otras causas, como vértigo central o migraña vestibular.

Estas pruebas son indoloras y ayudan a determinar si el origen del vértigo es periférico (oído interno) o central (sistema nervioso).

Tratamiento del vértigo posicional

El tratamiento del VPPB es altamente efectivo y se basa en maniobras físicas que recolocan los otolitos en su sitio.

¿Cómo funciona la rehabilitación vestibular?

Maniobras de reposicionamiento canalicular

Maniobra de Epley: la más utilizada; permite que las partículas regresen al utrículo, donde no causan síntomas. Maniobra de Semont o de Lempert: se aplican según el canal afectado y la respuesta del paciente.

Estas maniobras se realizan en consultorio por profesionales capacitados y, en la mayoría de los casos, una o pocas sesiones son suficientes para resolver el vértigo.

Rehabilitación vestibular personalizada

En algunos casos, especialmente cuando el vértigo ha estado presente durante mucho tiempo o reaparece, se complementa el tratamiento con ejercicios de habituación y equilibrio. Estos ejercicios ayudan a reentrenar el sistema vestibular, mejorar la estabilidad postural, disminuir la recurrencia del vértigo y aumentar la confianza del paciente al moverse.
El plan de rehabilitación se adapta a cada persona e incluye movimientos controlados de ojos, cabeza y cuerpo, guiados por un kinesiólogo especializado.

Educación del paciente

Se enseñan posturas seguras y ejercicios domiciliarios para evitar recaídas..

Cambios en la dieta

Reducción de sal, buena hidratación y evitar el exceso de cafeína o alcohol.

Factores que favorecen la recurrencia del vértigo posicional

Aunque el VPPB se trata con éxito en la mayoría de los casos, puede reaparecer con el tiempo, sobre todo en personas mayores o en quienes mantienen posturas prolongadas.

Esto ocurre porque los otolitos pueden volver a desplazarse o porque el sistema vestibular necesita más tiempo para readaptarse.

Las causas más comunes de recurrencia son:

  • Edad avanzada: el desgaste natural del sistema vestibular hace más fácil que las partículas se desplacen.

  • Sedentarismo o reposo prolongado: permanecer muchas horas acostado o con la cabeza inclinada.

  • Problemas posturales o cervicales: una postura sostenida hacia adelante (por ejemplo, al leer o usar el celular) puede favorecer el movimiento de los otolitos.

  • Cambios hormonales o metabólicos: frecuentes en mujeres posmenopáusicas o pacientes con diabetes.

  • Cambios climáticos: la humedad o el calor excesivo pueden acentuar la sensación de inestabilidad.

  • Estrés o ansiedad: no causan el vértigo, pero pueden amplificar los síntomas y generar inseguridad al moverse.

Consejos de prevención y autocuidado

Mantener el sistema vestibular activo y equilibrado es posible con algunos hábitos sencillos que complementan el tratamiento.

1. Cuidar la postura diaria:

Evitar inclinar la cabeza por períodos largos. Usar almohadas que mantengan una leve inclinación al dormir y realizar pausas posturales si se trabaja muchas horas sentado.

2- Mantener una buena hidratación:

La deshidratación puede afectar el equilibrio de líquidos en el oído interno. Beber agua con regularidad ayuda a estabilizar el sistema vestibular.

3. Seguir una dieta hiposódica:

Reducir el consumo de sal mejora la presión interna del oído y disminuye la posibilidad de nuevos episodios, especialmente en quienes también sufren hipertensión o enfermedad de Ménière.

4. Realizar ejercicios de habituación vestibular:

Una vez resuelto el episodio agudo, los ejercicios de habituación enseñan al cerebro a compensar los movimientos y prevenir recaídas.
Incluyen movimientos suaves de cabeza, mirada y equilibrio, adaptados a cada persona.

5. Evitar movimientos bruscos al levantarse o girar:

Levantarse lentamente de la cama o de una silla, y girar el cuerpo completo en lugar de solo la cabeza, ayuda a prevenir estímulos repentinos del oído interno.

6. Realizar actividad física regular:

Caminar, hacer ejercicios de equilibrio o yoga suave mejora la orientación espacial y fortalece la estabilidad.
En adultos mayores, el movimiento frecuente es clave para evitar la inestabilidad crónica y las caídas.

Preguntas frecuentes sobre el vértigo posicional

Sí. El VPPB puede recurrir, especialmente en personas mayores o tras períodos de inmovilidad prolongada.
Sin embargo, con un tratamiento adecuado y ejercicios de prevención, las recurrencias suelen ser más leves y de fácil resolución.

No. Es molesto, pero benigno. Sin embargo, si no se trata, puede aumentar el riesgo de caídas o afectar la calidad de vida.

El estrés no “desacomoda las piedritas”, pero puede intensificar los síntomas y prolongar la recuperación.

El mareo común genera sensación de inestabilidad o debilidad general.
El vértigo periférico, en cambio, produce una clara sensación de giro, muchas veces acompañada de nistagmo y síntomas físicos intensos.

Es muy común pensarlo, pero en la mayoría de los casos no.
Aunque las contracturas cervicales pueden generar cierta tensión o sensación de pesadez, el vértigo periférico tiene su origen en el oído interno, no en el cuello.
Muchos pacientes llegan al consultorio con estudios cervicales normales y siguen mareados, porque el problema está en el sistema vestibular.

En palabras simples: la cervical puede influir, pero no suele ser la causa principal del vértigo.

Por eso, si los mareos persisten, lo mejor es hacer una evaluación vestibular para descartar un origen en el oído interno.

Si el vértigo vuelve a aparecer, no significa que el tratamiento anterior haya fallado.
Es posible que los otolitos se hayan desplazado nuevamente y solo sea necesario repetir una maniobra de reposicionamiento o ajustar los ejercicios.

Conclusión:

El vértigo posicional paroxístico benigno es una causa frecuente de mareos que se puede tratar eficazmente.
Con un diagnóstico preciso y maniobras adecuadas, la recuperación suele ser rápida y completa.
Consultar a un profesional especializado en rehabilitación vestibular es clave para recuperar la estabilidad y volver a moverte sin miedo.

No esperes a empeorar.
Cuanto antes se evalúe, más rápido se puede tratar.

Si estás en zona sur de GBA, en CERFAC Quilmes ofrecemos diagnóstico y tratamiento específico para los síntomas de vértigo periférico.